martes, 27 de mayo de 2008
Gauchito de Cartón
Veredas desalineadas por el olvido, espacios que quedaron perdidos en una historia lejana, voces que dejaron marginadas, casi enviadas al destierro. Silencio.
Una imagen, proyección de aquello que aún se puede ser, una comunidad que no se deja vencer, espacio de unión, de reclamo, de transformación, para cambiar esa realidad que agota pero no puede ser diálectica. No, está vez no.
Hay imagenes que quedan guardadas en nuestro archivo, que nos emergen en algo repentino, en un hoy, tan parecido a esperanza.
Allí estaban ellos, desdibujados entre tantos otros, enfrentados por una resignificación que tanto les significaba.
Aquel gauchito se hacía presente en ese espacio de manos de cartón, en ese lugar que empezaba a tomar identidad, desolado, frio, pero que esa mañana comenzó a tomar color.
Una imagen los referenciaba, era la misma que los protegía, la que estaba enmarcada en ese triangulo colmado de cajas de vinos, cigarillos a medio terminar o monedas que supieron lo que era el ruido en esas panzas.
Ellos no sabían de tiempos mejores, sí sabían de trabajos repentinos, tempraneros, los que pueblan las manos de callos.
Ellos visionaban otro futuro posible, aquellos confiaban es esa imagen, en esa construcción para un mañana soleado, entre tanto cartón que rodeaba al barrio, el gauchito se hacía presente.
Ellos solo querían empezar a ser niños...
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